Los ciudadanos, la ciencia y las mariposas.

Por Diego Gil Tapetado y José Manuel Sesma Moranas.

Las mariposas diurnas (también llamadas Rhopalocera o ropalóceros) siempre han sido los insectos más valorados por las sociedades humanas. Su metamorfosis, de oruga a mariposa, se relaciona con la transformación hacia lo positivo, del camino hacia una meta por medio del esfuerzo; mientras que su belleza, tanto de formas como
cromática, proporciona una sensación de sensibilidad y alegría.

Quizás por estos motivos, muchas civilizaciones de la antigüedad las han relacionado con concepto del alma. Desde la antigua Grecia se relacionaba a estos insectos con la
psyché, el hálito vital, emanando una mariposa desde la boca del difunto, como un psicopompo que transporta su alma al cielo o al infierno, hasta las culturas precolombinas, que las relacionaban con espíritus de guerreros fallecidos que retornaban a la tierra (se pueden encontrar muchas más referencias sobre este tema en De los Jeroglíficos a los Tebeos: Los Artrópodos en la Cultura de Antonio Melic, 2003 en el número 32 del Boletín de la S.E.A.).

Por todo esto, las mariposas diurnas siempre nos han llamado la atención, ya que, por su vistosidad, facilidad identificación en la mayoría de los casos, conexión positiva
con las culturas, junto con el coleccionismo y captura de ejemplares (hasta tal punto que se emplea más comúnmente el término de cazamariposas que de red entomológica), los ropalóceros siempre han sido el modelo de
estudio generalizado y por excelencia dentro del mundo de la Entomología.

En España, llevamos estudiando los ropalóceros desde hace varios siglos. En el siglo XIX eran comunes las publicaciones científicas que incluían datos sobre la fauna lepidopterológica, junto con la formación y conservación de las grandes colecciones de estos insectos en museos de todo el mundo, haciéndose mucho más abundantes hacia el siglo XX. Estas colecciones científicas han sido el punto indispensable de partida de la lepidopterología y la base de su conocimiento taxonómico y descriptivo, proporcionandonos el escenario actual de la fauna de mariposas ibéricas.

Pero ha sido en el siglo XXI (en menos de 20 años), con la llegada de la tecnología de imagen como las cámaras digitales, los móviles con cámara incorporada junto con
la de telecomunicaciones como internet, todas al alcance de la ciudadanía, cuando los registros sobre mariposas se han multiplicado. Con esta revolución tecnológica, ya no hace falta sustraer el ejemplar del medio como única prueba fiable de su registro, una fotografía ya puede ser testigo de ello. Este hecho, unido a una sociedad más sensible
e interesada por el medio natural ha hecho posible el gran boom de información biológica, muy útil y relevante en estudios de biogeografía y conservación (Figura 1).

Figura 1: Fotografía de la mariposa Euchloe bazae ssp. iberae,
un endemismo ibérico que vive exclusivamente en algunos lugares
semidesérticos de Los Monegros (Huesca, España).
Autor: José Manuel Sesma.

Para tener un punto de partida de los datos históricos de mariposas el mejor referente actual es la monografía del Atlas de las Mariposas Diurnas de la Península Ibérica e Islas Baleares realizado por Enrique García-Barros junto otros autores y publicado en 2004 en el Boletín de la SEA. Como dicen estos autores en el resumen, el Atlas tiene ante todo un carácter recopilatorio, y ha sido posible gracias a la base de datos corológicos (más de 290,000 registros) reunidos por los autores durante los últimos años, con los cuales generan mapas con la distribución conocida de cada una de las especies.

Sin embargo, distan ya 15 años desde la publicación de esta obra de referencia con la actualidad, tiempo tras el cual, la llamada ciencia ciudadana ha entrado de lleno en
el panorama entomológico, sumando numerosos nuevos registros y citas muy interesantes (como por ejemplo Lopinga achine para Cataluña registrado por Paul Muller y publicado en el número 7 de BVnPC). Para tener una idea de los datos de mariposas actuales vamos a visitar algunas de las principales plataformas de ciencia ciudadana:
Ornitho (https://www.ornitho.cat/) es una plataforma que recoge observaciones en el campo de naturalistas en Cataluña. Empezó como una plataforma de observación
solamente de aves, pero en la actualidad se recogen registros de multitud de grupos faunísticos. A día de hoy esta plataforma recoge unas 24,000 citas, de las cuales 1,500
van acompañadas de fotografía. Las fotografías son una gran herramienta para corroborar que el registro tiene el nombre correcto de la especie, siendo en muchos casos el sustituto del ejemplar cuando la identificación de visu es sencilla (como ocurre con la mayoría de las mariposas diurnas).
Inaturalist (https://www.inaturalist.org/) y observado.es (https://spain.observation.org/index_map.php) son plataformas de ciencia ciudadana que recogen observaciones mediante imagen fotográfica a escala mundial. En España, Inaturalist tiene muy poca actividad en cuanto a mariposas, ya que tienen recogidas unas 2,800 citas; mientras que observado.es ronda alrededor de los 24,000 registros de ropalóceros. Una plataforma similar a Inaturalist es Natusfera (https://natusfera.gbif.es/), dereciente creación y desarrollada por CREAF (Centro de
Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales), quecuenta hasta la fecha con aproximadamente 10,000 registros hasta la fecha.

Butterfly Monitoring Scheme (BMS) es un proyecto europeo de observación de las poblaciones de mariposas diurnas mediante transectos a través del tiempo, que nos permite detectar cambios en sus densidades y fenologías, permitiéndonos utilizar a estos insectos como grupo bioindicador. En Cataluña lleva funcionando desde hace 25 años, con más de 100 itinerarios activos durante la pasada campaña (2018). El Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS) o Pla de Seguiment de Ropalòcers de Catalunya, está coordinado por el Museu de Ciències Naturals de Granollers y cuenta con una página web (http://www.catalanbms.org/ca/resultats/) con resultados online
accesibles sobre las diferentes especies de mariposas.Estos itinerarios generan muchísimas citas (2,381,477 registros), pues se realizan muestreos con una periodicidad semanal. Sin embargo, este proyecto no está pensado para representar la distribución ibérica de las especies, ya que los contajes se realizan siempre en los mismos lugares al tener un objetivo de seguimiento o monitoreo. Pese a esto, estos datos sí que nos permiten analizar tanto las preferencias de hábitats de las diferentes especies como la variabilidad de fenología, abundancia y riqueza de este grupo bioindicador a lo largo de los años (concretamente en Cataluña desde el año 1994).

Existen paralelamente al CBMS otros proyectos en diferentes regiones de España dentro del BMS International Sin embargo, muchos de estos datos no tienen actualmente una visibilidad ni una forma de consulta libre como los de CBMS en la web.

Biodiversidad Virtual (https://www.biodiversidadvirtual.org/) es una base de datos de fotografías georeferenciadas recopilada por ciudadanos operativa desde 2008. Cada una de las imágenes está acompañada de la fecha y del lugar donde se realizó la fotografía, lo que le da un alto valor a la cita, ya que se puede fácilmente corroborar que la identificación de la especie es correcta o no. Además, esta plataforma ciudadana consta de un equipo de especialistas, tanto de formación académica como autodidacta, en diferentes grupos de fauna y flora, que identifican las diferentes especies. En cuanto a registros de mariposas diurnas en la Península Ibérica e Islas Baleares, esta plataforma alberga unas 120,000 imágenes identificadas
por especialistas y unas 7,000 aún pendientes de identificar. Respecto al volumen de datos que acumula, esta plataforma suma en su portal de invertebrados una media de 200 fotografías al día. A modo de ejemplo, en la fecha invernal del 27 de diciembre a las 17:57, mientras escribimos estas líneas, se han subido 113 nuevas fotografías a Biodiversidad Virtual.

Muchos de estos datos de plataformas de ciencia ciudadana, junto con los de diferentes colecciones de museos, universidades y otras instituciones, se pueden encontraren GBIF (Global Biodiversity Information Facility, https://www.gbif.org) que cuenta ahora mismo con 96,447 registros georreferenciados de mariposas recopilados en toda la Península Ibérica e Islas Baleares desde 2001 (fecha
de la creación del nodo español de GBIF, https://www.gbif.es). GBIF está considerada actualmente por la mayoría de la ciencia académica como la plataforma de
referencia de datos de distribución biológica.

Teniendo en cuenta este escenario en su conjunto, podemosdecir que las diferentes plataformas de ciencia ciudadana han recogido en la última década unas 160,000
citas de mariposas diurnas (al margen de las citas de los transectos de los BMS) (Figura 2), cifra que aumentaría enormemente si se pudieran cuantificar y controlar las
subidas a redes sociales como Facebook o Twitter. Si las comparamos con las citas históricas de mariposas, aproximadamente 300,000, vemos que en una década los registros provenientes de ciencia ciudadana las podría superar. Esto indica la gran relevancia que los ciudadanos poseen, y además independientemente de su formación, ya que al disponer en el presente de los medios adecuados que vehiculiza el dato, cualquiera puede ser capaz de generar información que pueda nutrir el conocimiento científico.


Figura 2: Mapa de registros de mariposas a escala 10x10km en la Península Ibérica compuesto por fuentes de ciencia ciudadana. El mapa lo componen los registros de mariposas de Biodiversidad Virtual (130,000 registros). Estos datos estarán disponibles y descargables a través de GBIF (Global Biodiversity Information Facility https://www.gbif.org/)


Como conclusión final, los datos de ciencia ciudadana son una relativa novedad dentro de la lepidopterología, y que, si se tuvieran en cuenta, podrían aumentar más del 50% los registros actuales de las mariposas diurnas en la Península Ibérica e Islas Baleares, contribuyendo en esta medida al conocimiento de la distribución y conservación de este grupo de insectos.

Diego Gil Tapetado y Jose Manuel Sesma Moranas. Son dos biólogos especializados en entomología, así como dos ciudadanos ilusionados con el conocimiento y la conservación de las mariposas diurnas.